"Las palabras están muy separadas y el espacio entre las palabras es casi infinito. Aún puedo sentirte a ti y a las palabras de nuestra historia. Pero es en este espacio infinito entre las palabras… que me estoy encontrando a mi misma".
La sinopsis nos cuenta que Theodore, recientemente separado y a expensas de firmar el divorcio, compra el OS1 y ahí conoce a Samantha, su nuevo "asistente social" con el que crea una relación amorosa que lleva el peso de la película. Su evolución, la de ambos, es lo que vemos con más entusiasmo, a veces incluso puede asustar la complejidad de la IA del sistema operativo, pero ahí está el juego. Más allá de la historia cibernética, que experimenta todos los aspectos de una relación de amor real con su propio esquema teatral de principio, confrontación y resolución, Her se enfrenta a dos frentes más: la amistad y la aceptación.
Habrá que redefinir ciertos conceptos como qué es en realidad una persona, qué es en realidad el amor, qué es en realidad una relación social. Jonze profundiza en una sociedad que no está ensuciada por las religiones que nos hemos encargado de crear para autocomplacernos estúpidamente, a lo que agarrarnos por ser débiles, a lo que lamentarnos si nos dañan, a lo que pedir perdón si dañamos. Profundiza en la relación social llevándola al extremo: qué más da si con quien nos relacionamos tiene tres dimensiones o es una voz en una caja, lo que importa es lo que nos hagamos sentir. Nosotros decidimos ser lo que queramos ser, y cómo llevarlo a la práctica. Vivimos todavía en una sociedad purista donde no es natural todo aquello que dista de lo que creemos que es natural, y algún día llegará el instante en que eso rompa, y Her cuenta una vía de escape.
Todos somos conscientes de que Internet ha revolucionado, para bien y para mal, las relaciones sociales. Y no sólo ellas en su expresión básica como el de una amistad volátil, sino en las relaciones de amor también. Hemos pasado de la pregunta recurrente en nuestra cabeza "qué estará haciendo?" a preguntarlo directamente y necesitar la respuesta inmediata. Hoy coqueteamos con una IA asombrosamente evolucionada, pero asombrosamente pequeña en lo que será. Jonze nos acerca a modo de ciencia ficción popera una de las respuestas a lo que seremos en no mucho tiempo. El director y guionista redefine los conceptos naturales de amor, amistad y relación en unos minutos cargados de sensaciones y experiencias visuales inspiradas por Terrence Malick.
Quizá sea Her la película de ciencia ficción más elegante que podamos ver en estos tiempos, infectados por Blockbusters y parafernalia con esteroides para el entretenimiento juvenil. Dentro de la muy poca creatividad instaurada en Hollywood, se agradece que ciertas utopías vean la luz. Joaquin Phoenix, para mí, no hace su mejor papel, pero le aporta la sobriedad que necesita (soy incapaz de ver otro actor aquí). La voz de Scarlet Johansson es embriagadora, aportándole mayor dramatismo a la secuencia tan extraña y necesaria en la que Theodore rechaza el cuerpo de una mujer de alquiler.
Es un bonito ejercicio moral, cuanto menos, acompañado por algún que otro agujero en el guión que se ve suplantado por las imágenes videocliperas del antes creador de videoclips Spike Jonze. Su mejor largometraje, sin duda.
Es un bonito ejercicio moral, cuanto menos, acompañado por algún que otro agujero en el guión que se ve suplantado por las imágenes videocliperas del antes creador de videoclips Spike Jonze. Su mejor largometraje, sin duda.
♫ The moon song - Scarlet Johansson & Joaquin Phoenix - OST Her
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